Active Directory es el servicio central de autenticación en la mayoría de organizaciones. Al reflejar la estructura organizativa, facilita tanto la administración de usuarios como su acceso a la red. En la mayoría de los casos, la autenticación de usuarios se basa en contraseñas. Aunque estas son, por naturaleza, un método débil, no van a desaparecer a corto plazo. Por ello, la política de contraseñas en Active Directory resulta esencial para proteger la red frente a accesos no autorizados.
Una política de contraseñas en Active Directory consiste en un conjunto de reglas que determinan qué contraseñas se aceptan en la organización y durante cuánto tiempo se consideran válidas. Esta política puede aplicarse a todos los usuarios a través del objeto de directiva de grupo Default Domain Policy, o mediante una política de contraseñas de granularidad fina (FGPP) dirigida a grupos de seguridad específicos.
Las contraseñas configuradas en Active Directory mediante FGPP pueden gestionarse desde el Centro de administración de Active Directory. Estas configuraciones ofrecen las mismas opciones básicas que la política de contraseñas definida en la Default Domain Policy, como requisitos de longitud, antigüedad o complejidad. Sin embargo, siguen siendo vulnerables, ya que pueden descifrarse con relativa facilidad debido al uso extendido de herramientas de fuerza bruta y tablas rainbow. Para reforzar la seguridad, es recomendable añadir configuraciones avanzadas mediante herramientas de terceros especializadas en la gestión de políticas de contraseñas.